Tras la salvaje golpiza que propinó contra un vigilante de un condominio de Ate Vitarte, Renzo Rodríguez no da la cara pese a que un equipo de Panamericana decidió buscarlo en su casa y al centro preuniversitario de la Universidad de Lima donde enseña.
Marcelino Palomino Matamoros quedó con el rostro casi desfigurado tras la brutal agresión. Ahora cuenta con nueve puntos en la frente y aún tiene dolor en el abdomen.
"Me golpea en la frente dos veces donde ahora tengo cicatrices, yo me caigo y me tira dos patadas, justamente por este último golpe es que no puedo respirar bien", relató la víctima, quien tuvo que pagar ese precio por no abrirle la reja del condominio al vecino por su estado de ebriedad y además porque así lo consigna la política del condominio.