En la Huaca Pucllana se recrea un altar de muertos, que es un ejemplo de la ofrenda que las familias mexicanas brindan a sus difuntos, con flores, alimentos, bebidas e incienso; con imágenes religiosas y fotografías de sus difuntos.
En este año, el altar fue dedicado al tradicionista Ricardo Palma, a 100 años de su fallecimiento; así como a Emiliano Zapata, revolucionario legendario, en el centenario de su muerte; a una mujer ejemplar, escritora y diplomática mexicana, Rosario Castellanos; también a dos extraordinarios artistas plásticos que este año nos dejaron, Francisco Toledo de México y José Tola del Perú.
Como se sabe, el Día de Muertos en México no es una reacción a la influencia de corrientes anglosajonas como lo es la fiesta de Halloween, muy por el contrario, la mexicana la antecede –es herencia de las civilizaciones indígenas– y se nutre de historia.
Cabe señalar que la festividad mexicana del Día de Muertos es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad desde el 2003, considerada así por la Unesco.