Los diez kilómetros de la autopista Ramiro Prialé están cargados de problemas de diversas índoles: desmontes de basura, estructuras en mal estado, lavaderos de autos informales, paraderos provisionales y demás. En el cruce hacia la avenida Huachipa incluso se ha formado una nueva pista totalmente improvisada que ha habilitado un sujeto que, además, cobra a todos los autos que transiten por ahí evitando el peaje.
Al respecto del nefasto estado en el que se encuentra esta ruta nacional, el alcalde de Lima, Jorge Muñoz, respondió. “Esto ha sido producto de una mala relación entre la empresa privada y la municipalidad en la gestiones pasadas, o una complacencia que sabemos, puede estar motivada por otras razones (…) por la corrupción”, indicó la autoridad.
Sin embargo no dio mayor detalle de una solución concreta. Dijo que, por el momento, se encontraban en un proceso de “evaluación conjunta con la empresa involucrada para poder sacar adelante esto”.
Rutas de Lima, empresa que tiene a cargo la concesión de ampliación y mantenimiento de esta vía, sí emitió un comunicado, sin embargo, en este se desentiende de toda responsabilidad sobre el proyecto. “Conforme a lo establecido en el contrato, Rutas de Lima asumiría la operación y mantenimiento de la vía, una vez concluidas las obras del nuevo tramo. Actualmente Rutas de Lima no tiene responsabilidad sobre la vía”.
El tramo al que hacen referencia, es la ampliación de 20 kilómetros que se encuentra ejecutada al 20% y está paralizada desde el 2017, por lo que la situación con la vía es incierta.
