La elección de Lima como sede de los próximos Juegos Panamericanos 2019 vino con promesas y compromisos que el Estado Peruano asumió a condición de ser anfitrión de uno de los eventos deportivos más importantes del mundo.
Por ello, se había elaborado una lista de obras viales destinadas a mejorar la transitabilidad en el evento, pero que además quedarían como legado para la ciudad limeña.
Una de estas obras era la Costa Verde San Miguel, que abarcaría un tramo de 3 km entre la avenida Escardó y el jirón Virú, en el límite con el Callao. A poco más de dos meses para los Panamericanos, esta obra tiene un avance de tan solo el 25%.
Según explicó Luis Robas, gerente de proyectos de la Contraloría, “esta obra recién fue adjudicada en noviembre de 2018, por un plazo de 270 días calendario. Si tenemos en cuenta que los Juegos Panamericanos empiezan a fines de julio es imposible que esta obra sea terminada en ese periodo de tiempo”
Según Giovani Rocío, abogado especialista en Gestión Pública, el alcalde Jorge Muñoz ha heredado el retraso de una adjudicación sumamente tardía por parte de la gestión del exalcalde Luis Castañeda Lossio.
Este tramo debía conectar con la Costa Verde Callao, un proyecto a cargo del Gobierno Regional del Callao, que unido al tramo de San Miguel, permitiría recorrer por la Costa Verde desde Chorrillos hasta la Punta en tan solo 25 minutos.
Sin embargo, el tramo Callao quedó paralizado en el 2017 por el escándalo Odebrecht y hasta ahora no ha sido retomado, a pesar de que el Ejecutivo transfirió 60 millones de soles al Gobierno Regional del Callao para acelerar la ejecución. Actualmente, este tramo está en un completo estado de abandono.
La Contraloría de la República ha identificado que de las 16 obras viales para los Panamericanos, ocho no estarían listas dentro del plazo. Por ello, las autoridades deberán establecer planes de contingencia a fin de evitar que el tránsito pesado de la capital afecte el normal desenvolvimiento del evento deportivo.