Aunque Gianfranco Venegas Cotillo estuvo a punto de cometer un feminicidio contra su expareja Anya Cerrón, no reconoce ninguna falta e intentó impedir su detención.
Sin embargo, los moretones en el cuerpo de Anya son una prueba incontrastable. “Me tira un puñete y yo me tapé con la mano, me tiró tres bofetadas y ahí es cuando yo empecé a gritar ‘ayuda, por favor’ y mi hijo se puso a llorar”, reveló la víctima.
Incluso, el momento desembocó en una situación de incertidumbre para Anya Cerrón, pues Venegas empezó a estrangularla de manera inclemente. “Yo lo veía y dije ‘ya de esto, definitivamente, no me salvo’”, reveló Cerrón.
Afortunadamente, uno de los vecinos escuchó los gritos y subió a auxiliarla junto a un policía, impidiendo una tragedia mayor.
Este terrible drama viene desde el 2016, pues ese año Anya había sufrido, por lo menos, 15 agresiones físicas de gravedad. La peor fue durante Año Nuevo del 2017, desde entonces pidió una orden de restricción contra su expareja, la cual le fue otorgada.
Anya aseguró que teme por la su vida y la de su hijo, ya que a pesar de la orden de restricción contra Venegas, este continúa acercándose impunemente. Un caso más en que las garantías personales terminan siendo ineficaces ante el salvajismo de un agresor.
