Fueron necesarias dos maquinarias pesadas y casi tres horas para derribar el llamado mausoleo terrorista que fue construido ilegalmente dentro del cementerio de Comas.
Esta labor estuvo a cargo del alcalde del distrito, Miguel Saldaña, y fue supervisada por el Ministerio Público. Un gran contingente policial acordonó la zona por seguridad.
Antes de la demolición, ocho ataúdes con restos mortuorios fueron removidos en la parte de baja del campo santo.
“Son ocho cuerpos que han sido removidos y todos han sido (trasladados) con la solemnidad que se amerita del caso y se ha llevado uno por uno”, afirmó el burgomaestre.
También aseguro que todos los familiares habían sido comunicados con anticipación sobre estas acciones. Sin embargo, un grupo de familiares negó esta versión y realizó una protesta en los exteriores del cementerio.
La medida de demolición del mausoleo se realizó tras la aprobación de la ley que modifica a la ley de cementerios y servicios funerarios.
El artículo que se modificó fue el que establecía que la exhumación de un cadáver para su cremación o traslado a otro recinto solo se podía ejecutar a petición de los deudos o por orden judicial.