El Emporio Comercial de Gamarra nuevamente acoge por Navidad a miles de personas en búsqueda del regalo perfecto.
Y en medio de esta muchedumbre también se esconden muchas historias, entre ellas las de cientos de venezolanos que han llegado al Perú con ansias de un mejor futuro.
“Es difícil, es difícil. Tengo una niña pequeña, ella tiene dos años, aparte de ella es la primera locura que he hecho”, manifestó un ciudadano venezolano.
Pero esta persona no es la única en haber cometido una “locura” al escapar del régimen de Nicolás Maduro. Así como él, otros compatriotas suyos no pasarán una Navidad cerca de sus seres queridos.
A pesar que la tristeza lo embarga en una país ajeno, ello no es impedimento para tener una cena navideña que puede consistir desde una simple bolsas de chifles hasta una plato con chanfainita, todo es válido para engañar al estómago.
Finalmente varios han transformado ese pesar en fortaleza para seguir avanzando y con la consigna de ayudar a los suyos en Venezuela.
