La modelo Grasse Becerra denunció haber sido víctima de abuso de autoridad durante una intervención policial que formaba parte de un operativo de alcoholemia.
El hecho sería registrado por ella a través de un teléfono móvil, donde los agentes la sindican de manejar su auto en estado de ebriedad y por tal motivo sería invitada a ir a la comisaría para las diligencias correspondientes.
“Me hicieron soplar el alcoholímetro. Se supone que mi derecho era soplarlo una vez como para todos, pero me hicieron soplar cinco veces porque no estaban conformes que les salía negativo”, expresó.
Pero la situación no quedaría allí, pues Becerra sería llevada al médico legista sin recibir alguna explicación. Asimismo, le solicitarían que se quitara sus prendas de vestir.
Para el exdirector de la PNP, Eduardo Pérez Rocha, esto no debe ocurrir aunque se confirme que una persona maneja en estado de ebriedad porque solo aplica cuando existe una denuncia por maltrato físico.