El día del trabajador significa para muchos, un momento de descanso del trajín diario. Para otros, es un momento para seguir ‘chambeando’, sea de día o de noche, el trabajo no puede parar.
Tal es el caso de los taxistas, que no tienen momento de descanso, en especial Don Carlos, que bajo la luz de la luna sigue trabajando incansablemente. Otro ejemplo de ‘lechucero’ trabajador, es Alejandro, un joven de 20 años que lleva media década trabajando de estibador en el Mercado de Frutas, para que no falte el pan en la mesa a sus cuatro hermanos menores. Sabina Tolentino también trabaja de noche limpiando las calles de Lince. Ella es madre soltera y las horas del día le quedan cortas.
Aunque las ojeras en el rostro delatan su cansancio, nada mejor que ver a sus familiares felices, que son la razón por quienes tanto se esfuerzan. Estas personas demuestran que el día del trabajador también se puede celebrar trabajando, porque de madrugada también hay peruanos bien ‘chamba’.
