Lo que años atrás fueron templos o ciudadelas de inmensa importancias, hoy son focos de delincuencia y basura. Tal es el caso de la Huaca San Pedro de Chorrillos, que luce en un estado de abandono.
En 2015, la Contraloría General de la República identificó que más de 1200 kilómetros cuadrados de zonas arqueológicas en Lima y Callao habían sido invadidas en asentamientos humanos. De estos, más de mil pertenecen al Centro Arqueológico Armatambo en Chorrillos, el mismo que incluye esta huaca.
Según el Código Penal, asentarse en un monumentos prehispánico es un delito y se sanciona con una pena de hasta seis años de cárcel. En Lima existen más 300 sitios arqueológicos que han sido declarados Patrimonio Cultural de la Nación; sin embargo, muchos de estos son utilizados para fines que de culturales no tienen casi nada.
Otro claro ejemplo es el Templo Huacoy, ubicado en Carabayllo, donde uno de los restos prehispánicos más antiguos de la ciudad es guarida de drogadictos. La Huaca Mangomarca en San Juan de Lurigancho también está olvidada, llena de basura y con pintas obscenas en sus muros.
Cabe señalar que Ley General de Patrimonio Cultural de la Nación señala que el Ministerio de Cultura en colaboración con los Gobiernos locales son los encargados de preservar y promover estos sitios, sin quitar responsabilidad a los ciudadanos que, al parecer, no comprenden el valor cultural e histórico que tienen las construcciones.