Un equipo de 24 Horas hizo el recorrido por la peligrosa ruta hacia el Cerro San Cristóbal. En algunos tramos, el vehículo circula prácticamente al borde del precipicio y los pasajeros solo tienen que aferrarse a los asientos o a los pasamanos para evitar el vértigo de aquel angosto y empinado camino. Al borde de la vía, la única protección es una baranda de madera, muy inestable.
Inclusive, los vehículos que quieran llegar hasta esta zona alta de Lima tienen que sortear curvas estrechas, por donde también transitan personas y ciclistas, quienes tienen que hacerse a un lado de la pista para poder dar pase a los buses. A lo largo del trayecto no hay algún policía de tránsito ni tampoco señalización adecuada que inste al conductor a reducir la velocidad.
Las barandas de madera se encuentran podridas y algunas de ellas se han desplomado. El peligro en todo el tramo es latente y los choferes no solo tienen que lidiar con el poco espacio que tienen para manejar sino también con lo empinado que es el camino. Los muros de concreto también están en mal estado y esto representa un serio riesgo para todas las personas que decidan ir al Cerro San Cristóbal.
