Las grietas y filtraciones que se habían hallado en el túnel del proyecto Línea Amarilla, ubicado debajo del río Rímac y el cual conectará a once distritos de la capital, fueron arregladas luego que la Fiscalía informara sobre la existencia de estos problemas en la estructura de la obra.
Varias paredes que presentaban estas averías se resanaron. “Acá se ha identificado un ingreso de agua de la parte del río y que está relacionada con una deficiencia en el proceso de impermiabilización del túnel de la parte exterior. Hay que hacerle los correctivos externos”, precisa el ingeniero Nelson Moreno, supervisor de la construcción.
El burgomaestre capitalino, Luis Castañeda Lossio, también estuvo en el lugar inspeccionando, pero desistió de continuar en el recorrido. Las dudas sobre la existencia de riesgos en la estructura lo absolvieron los ingenieros que se encontraban presentes.
Mientras tanto, el encargado de revisar la obra no detalló que no tenía conocimiento sobre la cantidad de fisuras y filtraciones en los muros. “El túnel tiene 1600 metros en dos tubos, sería un poco impreciso decirle un número”, informó. Por otros lado, el representante de la empresa Nippon Koei, descartó que el tamaño de estas grietas representen un riesgo para toda la megaobra.
