A consecuencias de las lluvias, la comunidad de la Tinguiña en Ica ha sido una de las más afectadas por la caída de huaicos. Para Abelardo de la Torre, director de la Autoridad Nacional del Agua (ANA), este hecho inusual es comparable al ocurrido en el año 98 cuando el fenómeno El Niño azotó esta región.
Aunque esta vez no se trata de ‘El Niño’, la elevación de la temperatura atmosférica, hasta 3 grados por encima de lo normal, ha provocado la evaporación de las agua del mar causando las lluvias en la costa, activando quebradas a lo largo del litoral que permanecieron secas por décadas, pero que como en el caso de Jicamarca terminaron llenas de agua.
La capital tampoco se salvaría de este tipo de acontecimiento, la Autoridad Nacional del Agua advierte que si no se protege el río Rímac, éste podría desbordarse. Senamhi y ANA cuentan con estaciones en algunas de las quebradas más riesgosas para monitorear en tiempo real la caída de lluvias y anticiparse a la ocurrencia de un huaico.
Se estima que las lluvias recién están empezando y que continuarán durante febrero y marzo, meses en los que más quebradas podrían activarse después de muchas décadas.