Una niña de dos años salvó de morir después haber tenido una pila de reloj alojada en el esófago. La menor se tragó el objeto cuando jugaba en su casa junto a su hermana de cinco años, en Trujillo.
La pequeña nunca dijo nada del hecho por lo que sus padres pensaron que se trataba de un problema respiratorio, recibiendo tratamiento médico sin mejora alguna. Nueve días después su salud había empeorado, entonces decidieron realizarle una radiografía.
Al descubrir la pila, tuvo que ser intervenida de emergencia y trasladada a Lima, a la unidad de cuidados intensivos del Hospital del Niño, ya que los componentes tóxicos habían perforado su esófago y tráquea.
Fueron 50 días los que la pequeña estuvo internada hasta que al fin despertó, pero aún se encuentra recuperándose. Por el momento, no puede ingerir alimentos hasta que su aparato digestivo se encuentre en óptimas condiciones.
Pero este no es el primer caso, pues son diversos los objetos extraídos de los cuerpos de pequeños que llegaban al borde de la muerte al Hospital del Niño, con monedas, pendientes, alfileres, canicas, llaves, clavos y hasta un cepillo dental.