Hace 16 años, 15 familias llegaron a la capital con motivo de la Marcha de los Cuatro Suyos. Juntos se trasladaron al asentamiento humano de Cantagallo, a la ribera del río Rímac y así fundaron la Comunidad Shipibo Conibo de Cantagallo.
Al principio levantaron sus casas con material rústico adornado las viviendas con dibujos típicos de su comunidad. Para poder sobrevivir, vendían artesanías que ellos mismo realizaban pero las carencias no tardaron en llegar.
No contaban con el servicio de agua potable, y la energía eléctrica aún no llegaba a la zona. La anterior gestión municipal, les propuso reubicar a las familias en un complejo multifamiliar en la zona de Campoy, pero todo quedó en palabras.
En abril del 2015, la comunidad protestó frente al municipio de Lima por la cancelación del proyecto. En ese momento la teniente alcaldesa, Patricia Juárez se comprometió a ceder el terreno de Campoy y brindar servicios básicos en Cantagallo.
Pero todo seguía igual, hasta que fueron sorprendidos por un voraz incendio y cerca de 200 shipibos perdieron sus casas. Ahora están familias no tiene donde vivir porque las llamas acabaron con sus casas y pertenencias.