Ante un incendio de gran magnitud los bomberos voluntarios son los que hacen esfuerzos denodados por sofocarlo, llegando tarde o incluso faltando a su centro de labores en más de una oportunidad. Pero acaso ¿Reciben apoyo por parte de sus empleadores?
Muchos han sido víctimas de despidos por parte de las empresas donde laboran, al no resultar rentable tener un empleado que realice esta abnegada labor durante el horario de trabajo.
Un claro ejemplo ocurrió en la tragedia de Mesa Redonda el 29 de diciembre del 2000, donde acudieron decenas de bomberos y perecieron 277 personas. En aquella fecha se reportaron un gran número de despidos de sus centros laborales.
En la actualidad no existe una ley laboral que los respalde para acudir ante el llamado de una emergencia. Por el contrario, este hecho ha sido injustamente aprovechado en sus centros de trabajo. La solución esta en manos de las autoridades, quienes hasta el momento no hacen nada al respecto.