En el Centro de Lima, en la avenida Nicolás de Piérola se ve como a escasos metros de una policía, un grupo de ‘jaladores’ comienzan a conseguir pasajeros para una ruta por toda la avenida Tacna.
Actualmente no necesitan un local, solo escogen una calle donde acostumbran a recoger a los pasajeros, y donde los personajes conocidos como ‘jaladores’ se ganan unas monedas por llenar los vehículos.
Por otro lado, en el Rímac, en una calle que es conocida como ‘paradero Vílchez’, un sujeto con un chaleco de ‘Rímac Express’ comenzó a llenar el carro con cinco personas.
Los paraderos informales tienen demanda, en algunos casos, son los mismos pasajeros quienes defienden su funcionamiento.
Los taxis colectivos y combis piratas funcionan sin reglamento, y al no ser un servicio regulado informal y peligroso, es sin duda, un gran problema que debe ser asumido por las autoridades.