Se han apoderado de calles y jirones. Utilizan conos, vallas y bloques de concreto para reservar estacionamientos y cobrar por el parqueo. Se trata de personas que por solo vestir un chaleco se atribuyen ser la autoridad, no solo para cobrar sino para lotizar los espacios públicos.
Es el escenario que se repite en distintos puntos de Lima. Los parqueadores informales han tomado la capital y asumen que los conductores están obligados a pagar por un estacionamiento.
Lo peor es que, según investigación del diario El Comercio, estos personajes que se han adueñado de las calles de manera ilícita llegan a ganar hasta 6 mil nuevos soles mensuales al margen de la ley.