El terror paralizó a los trabajadores de la cuadra siete de Gamarra en el momento que intentaron asaltar la tienda Jung Jo, dejando herida a la dueña del negocio. Esto ocurrió en el momento que los vendedores cerraban el portón de la tienda.
Cuatro delincuentes forcejearon e ingresaron al local, todos tenían los rostros descubiertos y una de ellas tenía el chaleco de la policía nacional.
A pesar de que no robaron nada, testigos afirman que afuera se encontraban tres cómplices más a la espera. Al salir corriendo, se perdieron en el mar de vendedores ambulantes. Uno de los principales factores de la propagación de robos en la zona.