Pese a la resistencia de los familiares, quienes afirmaban que sus parientes estaban siendo maltratados, diecinueve reos fueron trasladados al centro penitenciario Piedras Gordas en medio de una reyerta. Los internos trataron de evitar su salida, quemando colchones el interior del pabellón dejando heridos a dos agentes del INPE.