Una anciana sintió en carne propia el abandono de sus hijos. Desde que ellos viajaron al extranjero, pasó penurias y vivió encerrada en su propia casa.
24 Horas Edición Central
Una anciana sintió en carne propia el abandono de sus hijos. Desde que ellos viajaron al extranjero, pasó penurias y vivió encerrada en su propia casa.
Una anciana sintió en carne propia el abandono de sus hijos. Desde que ellos viajaron al extranjero, pasó penurias y vivió encerrada en su propia casa.
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Trascendió que ella cumplía un rol fundamental en la organización criminal en presuntos casos de extorsión: "Enviaba mensajes de texto amenazantes y de videos a los cientos de comerciantes".