Un conmovedor gesto tuvo el papa Francisco hacia una víctima del Holocausto, a quien le besó el número que le tatuaron en el brazo cuando llegó al campo de concentración de Auschwitz.
La mujer identificada como Lidia Maksymowicz no dudó en abrazar al sumo pontífice. Ella llegó a Italia para presentar el documental que cuenta su vida titulado “70072, la niña que no sabía odiar”.
Como se recuerda, durante el Holocausto, los nazis mataron a seis millones de judíos y otras personas.