Tras la repentina muerte de al menos 300 elefantes en Botsuana, las autoridades locales y los expertos internacionales suponen de que una neurotoxina sea la responsable de estos fallecimientos, sin embargo, todavía se cree que pueda tratarse de un nuevo virus que potencialmente pueda afectar a seres humanos.
Esto, luego de que varios investigadores en vida salvaje no han podido descartar que los animales hayan muerto por causas comunes como la casa furtiva o envenenamiento con Ántrax, además de no presentarse sequías en la zona, sino más bien han reportado avistamiento de elefantes aparentemente confundidos, caminando en círculos y cayendo sobre sus caras antes de morir.
En ese sentido, algunos de ellos han llegado a sugerir que un patógeno desconocido podría estar detrás de la muerte masiva de elefantes. Para Nial McCann, director de conservación del National Park Rescue, señaló que es posible que se trate del esparcimiento de un evento zoonótico, como ocurrió con el coronavirus.
"El peor de los casos sería que esta pudiera convertirse en otro. Es increíblemente importante descartar la posibilidad de que este cruce se transmita a las personas. Sí, es un desastre de conservación, pero también tiene el potencial de ser una crisis de salud público", dijo.
Al respecto, una autoridad del Ministerio de Medio Ambiente y Turismo de Bostuana, Oduetse Kaboto, dio a conocer que se encuentra a la espera de los resultados de pruebas de laboratorio de muestras enviadas a Sudáfrica, mientras que otra parte que fue enviada a Zimbabwe ya está siendo analizada.