En el Reino Unido, el Brexit llega finalmente con su salida oficial de la Unión Europea (UE) este 31 de enero, aunque la incertidumbre respecto a sus efectos prácticos está muy latente. Una de las principales reivindicaciones de quienes apoyaron este proceso en el referéndum de 2016 es que el gobierno británico recupere el control total sobre las políticas migratorias.
El saldo migratorio neto anual de ciudadanos de la UE a Reino Unido se disparó hasta alcanzar su punto más alto durante el primer trimestre de 2015, con 219.000 llegadas. Desde el referéndum para el Brexit, sin embargo, está cifra ha caído hasta los 48.000 del segundo trimestre de 2019.
En principio, durante los próximos once meses no cambia nada ni para los aproximadamente 3,6 millones de ciudadanos de la UE que viven en Reino Unido ni para los 27 millones de turistas europeos, que podrán viajar con su documentación y sin necesidad de visa.