En Japón, existe una aldea llamada Nagoro, a 563 kilómetros de Tokio, con menos de 30 habitantes pero en ella hay más de 300 ciudadanos de juguete que ocupan el lugar de los antiguos vecinos. Los muñecos tienen tamaño real e imitan la vida que ya no existe en esa aldea, desde niños que nacen, estudian, crecen, ejercen oficios, forman más familias.
La escuela del lugar, por ejemplo, tiene asistencia solo de muñecos ya que no hay habitantes en edad escolar porque hace 18 años que allí no nacen bebés.
Cabe indicar que la población de Nagoro es de 27 personas, debido a la emigración en busca de oportunidades que la isla no brinda hace décadas y al envejecimiento que afecta a todo el país, por el cual la falta de niños es cada vez más notable.
