El padre de unas siamesas de origen senegalés llamadas Marieme y Ndeye, tendrá que tomar una difícil decisión en la operación para separarlas en un hospital de Reino Unido.
El problema radica en que ambas dependen una de la otra. Esto significa que las dos no pueden sobrevivir y su progenitor deberá evaluar si salva a una de las pequeñas o simplemente no hacerlo y arriesgarse a perderlas.
Además, se conoció que la operación de separación es compleja, pues comparten una serie de órganos como riñones, vejiga, hígado, además del sistema digestivo y vías circulatorias entrelazadas.
Si bien el panorama no es alentador para la familia, ellos no pierden la esperanza de que la historia culmine en un momento favorables para ambas menores.