El tiburón blanco, el más grande del mundo, fue grabado en las playas de California, EEUU, por unos buzos que se encontraban inmersos en una estructura metálica, quienes se sorprendieron con la llegada del enorme animal. Lejos de ser atacados, como la mayoría piensa, el tiburón se alejó tranquilamente del lugar.
Mientras un ciclista, en plena carrera del Tour de Francia, no dudó en firmar un autógrafo a un fanático que corría desesperado para lograr su objetivo.
En Denver, EEUU, uno de los conductores de una competencia de aceleración se estrelló contra uno de los muros de contención cuando alcanzaba los 320 km/h. Lo más increíble, fue que luego del aparatoso impacto, el conductor salió caminando.