En el Reino Unido, una corte declaró culpable al británico Tristan Morgan, de 52 años, por el incendio de una sinagoga en la ciudad de Exeter. La grabación de sus acciones, hecha por una cámara de vigilancia, fue la prueba que lo condenó.
Tal como quedó registrado, aparentemente, Morgan no esperaba la explosión que se produjo cuando prendió fuego a un líquido inflamable vertido dentro del edificio, y una intensa bola del fuego le chamuscó el rostro.
Los bomberos lograron apagar el fuego, salvando la tercera sinagoga más antigua del Reino Unido, que fue construida en el año 1763. La suma total del daño causado fue de cerca de 30 mil dólares.
En tanto, las autoridades determinaron que este sujeto sea recluido en un hospital psiquiátrico.