Inmigrantes centroamericanos encomendaron sus vidas rezando a las faldas del peligroso río Bravo, el mismo en el que hace unos días fallecieron Óscar y su pequeña hija Valeria quienes se convirtieron en el símbolo de la crisis migratoria.
Este grupo de personas intentaba cruzar por una de las rutas más usadas para pasar de México a Estados Unidos, sin embargo, lo hicieron a bordo de una piscina inflable, en la que llevaban, además, a una bebé. Fueron arrestados de inmediato.
Esta desesperada situación en la que inmigrantes arriesgan su vida ha ido incrementándose a la vez que las políticas del gobierno norteamericano se vuelven menos flexibles.