Un aventurero francés llegó a la isla caribeña de Martinica, el destino final de un periplo de más de cuatro meses en el océano Atlántico a bordo de una pequeña embarcación en forma de barril impulsada únicamente por las corrientes marinas.
Durante su viaje, perdió 4 kilos, uno por mes. A bordo de su cápsula de 3 metros de eslora, con una manga de 2,10 metros, tuvo que manejarse en un espacio de vida de 6m2.
Su nombre es Jean-Jacques Savin Savin y dejó su barril tras 127 días y 5.800 kilómetros en el mar y embarcó en un petrolero que lo llevó a la isla holandesa de San Eustaquio, en el Caribe. Después de un breve descanso en San Eustaquio, el aventurero y su barril fueron trasladados a Martinica por un remolcador francés.
"Fue un viaje apasionante pero también bastante arriesgado", dijo este exmilitar de 72 años tras esta increíble aventura.