Una mujer se convirtió en el símbolo de las tragedias causadas por conductores ebrios. Jacqui Saburido, cuyo rostro desfigurado es imagen de una campaña para no conducir borracho, falleció a los 40 años a causa de un cáncer.
La joven de origen venezolano tuvo que ser operada 100 veces, luego que en 1999, cuando tenía 20 años, ella y sus cuatro amigos fueron víctimas de un accidente automovilístico, debido a que un joven de 18 años en estado de ebriedad chocó contra el auto en el que viajaban ellos.
Tras varios mensajes, Saburido logró llevar un mensaje y logró crear impacto en las personas.