Una periodista argentina realizaba su reporte en vivo y en directo con total normalidad, pero jamás imaginó que en unos instantes sería presa del pánico al ser amenazada por un grupo de menores que pasaba por el lugar y que manejaban un arma de fuego.
Este hecho ocurrió en la avenida Avellaneda, donde la reportera del programa La Crónica, Camila Barral, y su camarógrafo venían haciendo un despacho sobre el asesinato de un policía justamente en esa calle. Los menores rodearon a los hombres de prensa y los siguieron por un tramo mientras los amenazaban con sus armas.
Uno de los niños admitió frente a los comunicadores haber sido el responsable de la muerte del agente del orden. Al ver esto, los conductores del programa le pidieron a Barral que abandonara el lugar.