El Sumo Pontífice desarrolló diversas actividades en el segundo día de su visita a Chile. La jornada inició desde las ocho de la mañana con una visita al Palacio de La Moneda, en donde fue recibido por la presidenta Michelle Bachelet.
En la Plaza de la Constitución, el Pontífice dio un discurso que duró aproximadamente diez minutos, en el que pide perdón a las víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes. “No puedo dejar de manifestar el dolor y la vergüenza que siento ante el daño irreparable causado a niños por parte de ministros de la iglesia”, manifestó. Además, dijo que trabajará con los sacerdotes para que estas historias no se repitan.
Luego, Francisco se traslado hasta el parque O’Higgins, donde se realizó una misa multitudinaria a la que asistieron alrededor de 400 mil personas. Durante la tarde, visitó la cárcel de mujeres, siendo la primera vez que un Papa visita un centro de reclusión femenino. Cerca de 600 reclusas pudieron escuchar su mensaje de paz. “Nadie puede ser privado de la dignidad, ustedes están privadas de la libertad (…) Como dice el tango argentino, ‘dale que va que todo es igual, que allá en el horno nos vamos a encontrar’”, comentó durante su breve discurso.
Posteriormente, Francisco se reunió con los obispos y allí tocó nuevamente el tema de los abusos sexuales contra niños. Finalmente, se trasladó a bordo del Papamóvil al santuario del padre Alberto Hurtado, un personaje muy importante en la historia del vecino país. Allí hay un albergue de personas de bajos recursos a los cuales también se acercó el Pontífice.
El día de mañana el itinerario de Francisco en Chile incluye una visita a la región de la Araucanía, al sur del país, donde se vive el conflicto Mapuche.
