El terremoto en el país de México despertó desesperación en miles de personas pero sobre todo en ancianos y menores de edad que se encontraban fuera de sus viviendas. Muestra de ello es el caso de los alumnos del colegio ‘Enrique Rébsamen’.
Luis Carlos, estudiante de secundaria, con tan solo recordar la situación se echó a llorar. “Solo vi cómo se caía toda la escuela. Después de que el polvo nos tapó, perdí de vista a varios amigos, incluso a maestros”, indicó el joven.
Otro testimonio es el de Lulú (10). Ella indicó que durante el terremoto, la maestra del salón pidió que se acomoden cerca a la pared para tener un mayor resguardo del movimiento telúrico” Sin embargo, a pesar de eso. “Solo abracé a una amiga pensando que sería el fin del mundo.
Al igual que estos jóvenes, cientos de otros niños también vivieron un momento de gran desesperación.