A la niña de tres años, le diagnosticaron recientemente el síndrome de Angelman. Esta condición hace que la pequeña canadiense, residente de la ciudad de Ontario, duerma apenas 90 minutos al día.
Si bien ese síndrome no le afecta el sueño, la pequeña Ever no puede hablar y para comunicarse, asimismo, sus períodos de atención son breves.
Por su extraña condición, sus padres, Robin Audette y Kirk Hisko, pocas veces pueden dormir más de cuatro horas por noche. Incluso se deben turnar para que Ever esté siempre acompañada.