Ante unos 20 000 feligreses y tras presidir el rito del Vía Crucis en el Coliseo Romano, el papa Francisco condenó los actos violentos que vive el planeta, calificándolos de “vergonzosos”.
“Este año venimos ante el Señor con la mirada baja de vergüenza y el corazón lleno de esperanza. Vergüenza por todas las imágenes de devastación, de destrucción y ahogamientos que se han vuelto comunes en nuestras vidas”, dijo el Sumo Pontífice.
En otra de sus actividades, presidió la solemne ceremonia nocturna en la Basílica de San Pedro en la que aprovechó también para denunciar cómo los migrantes, los pobres y los marginados están siendo afectados en el mundo sin tomarlos en cuenta.
“Las caras de las madres y abuelas, de los niños y jóvenes que llevan la pesada carga de la injusticia y la brutalidad se pueden ver reflejados al caminar por las calles de nuestras ciudades, sentir el dolor de la pobreza, el dolor de la explotación y la trata de personas”, sostuvo.
Además, como parte de la tradición en estas pascuas, el papa lavó los pies de 12 presos. El ritual se celebró de manera privada en las afueras de Roma sin la presencia de cámaras de televisión, según informó el Vaticano.
Entre los 12 condenados se encontraban tres mujeres, un musulmán, un argentino albanés y italianos varios con condenas por su actividad en la mafia italiana.
