El presidente Barack Obama ha decidido poner fin a la política de “pies secos, pies mojados” por la que, durante más de 20 años, prácticamente todo cubano que alcanzaba territorio estadounidense podía quedarse en el país, incluso si lo hacen ilegalmente, siempre que lograran tocar tierra en el país.
La decisión, que según anunció Obama en un comunicado tiene carácter inmediato, supone un cambio drástico en las relaciones bilaterales con Cuba, que llevaba años reclamando estos pasos.
"Hoy Estados Unidos está dando pasos importantes para normalizar las relaciones con Cuba y para lograr una mayor consistencia en nuestra política de inmigración", consideró Barack Obama en un comunicado.
El mandatario, en una de sus últimas decisiones al frente de la Casa Blanca, también ha ordenado el término de un programa que incentivaba que médicos cubanos, uno de los orgullos de la isla, abandonaran su país.