Lo que comenzó con un levantamiento pacífico contra el presidente Bashar Al Assad se convirtió en una brutal y sangrienta Guerra Civil en Siria. Más de 300 mil muertos en todo el territorio sirio que se desangró en el 2016.
Las víctimas. en su mayoría civiles. estuvieron atrapadas en esta guerra donde aliados internacionales también cobraron protagonismo. Rusia y Estados Unidos apoyaron a los dos bandos en conflicto desencadenándose fuertes combates, sobre todo en Alepo.
Los retirados ceses al fuego instados por las Naciones Unidas y la Comunidad Internacional hicieron posible la ayuda humanitaria y el desplazamiento de algunos civiles, sin embargo, los que no podían salir fallecían por los ataques aéreos, mientras los más afortunados eran rescatados con vida entre los escombros.
La presencia del autodenominado Estado Islámico también complicó la situación en Siria. Y los bombardeos de la coalición liderada por Estados Unidos hicieron que todos los rincones de Siria terminen siendo un polvorín.
Por otro lado, en Irak, en el 2016 la situación empeoró por el avance del Estado Islámico y su califato de terror. Los yihadistas se apoderaron de ciudades enteras y regiones de ese país. Saquearon bases militares y se apoderaron de pozos petroleros hasta que finalmente las Fuerzas iraquíes decidieron recuperar Mosul en el marco de una operación de gran envergadura.
