Nueva Zelanda fue sacudida por un terremoto de 7.8 de magnitud en la escala de Richter, el último domingo. El movimiento telúrico dejó como saldo dos muertos, así como viviendas completamente destruidas y pistas agrietadas.
En medio de deslizamientos causados por el fuerte terremoto, tres vacas quedaron varadas en un pedazo de terreno que no cedió al desprendimiento de tierra. Además el sismo provocó una alerta de tsunami que obligó la evacuación de miles de residentes de la zona.
En tanto un segundo terremoto de magnitud 6,3 golpeó la madrugada del lunes. Hasta el momento las autoridades han reportado cuantiosos daños en carreteras, así como la evacuación de turistas que quedaron atrapados por los derrumbes.