La serpiente estaba a bordo del vuelo AM 231 que se dirigía de Torreón, estado de Coahuila, a la Ciudad de México. De acuerdo con la aerolínea, la tripulación operó rápidamente y de acuerdo a los procedimientos establecidos para el manejo y control de fauna, resguardando al reptil y garantizando la seguridad de los pasajeros. Luego de recibir la alerta de una mujer que se encontraba al lado, uno de ellos logró grabar el momento que el reptil descendía por una de las paredes de la aeronave.
Segundos después del avistamiento, inmovilizaron al reptil tapándolo con mantas. Una vez apresado el reptil se supo que no se trataba de una especie venenosa y se ha abierto una investigación que intenta esclarecer cómo llegó al avión, si accedió por sí misma o “dentro del equipaje de un pasajero”.