Irak vuelve sufrir el flagelo de los atentados terroristas. Esta vez, tres ataques en Bagdad dejaron al menos 50 muertos y más de 60 heridos. El primero de ellos se dio en una festividad religiosa de la Ashura, donde un suicida hizo estallar en su cuerpo gran cantidad de dinamita matando a 40 personas.
Los otros dos golpes ocurrieron al norte de la capital Bagdad. Uno fue contra un puesto de control cercano a la ciudad de Tikrit, donde fallecieron ocho policías y once civiles. El ataque fue reivindicado por el grupo Estado Islámico.
El otro atentado fue contra la familia de un líder de la milicia Ishaqi. Se supo que encapuchados armados dispararon contra su mujer y sus tres hijos cuando se encontraba fuera de su casa. Estos ataques se producen cuando las tropas iraquíes se preparan para lanzar una ofensiva para recuperar la ciudad de Mosul, en manos de los yihadistas.
