Los franceses intentan presionar al gobierno para que deje sin efecto la controvertida reforma laboral. Para esto, una nueva jornada de protestas dejó centenares de detenidos.
Alrededor de unas 200 mil personas marcharon en Francia para exigir la retirada de la iniciativa legislativa, que suscita hace más de tres meses intensas manifestaciones en las calles. Estas marchas se vienen subiendo a la lista de prioridades del gobierno de Francois Hollande, que de momento no viene gozando popularidad.
Las autoridades francesas aseguran que la reforma laboral servirá para luchar contra el desempleo, facilitando la contratación para los trabajadores que supondrá más inestabilidad, en especial para los jóvenes.
Esta última manifestación fue cerca de la plaza de La Bastilla, donde las autoridades desplegaron miles de policiales que filtraron los accesos con fuertes medidas de seguridad.