Es un tierno encuentro, y más que cercano. Esta vez el Papa Francisco se robó todas las miradas cuando acarició a un tigre durante un encuentro que tuvo con un grupo de artistas circenses. Al principio el pontífice observa de lejos y duda en acercarse al animal que, aunque era un cachorro, se mostraba inquieto.
Luego el santo padre cambia de opinión y decide tocarlo mientras el domador le daba un biberón para mantenerlo distraído, pero la reacción del felino lo aleja de inmediato. Un pequeño susto que lo hace retroceder entre risas, pero nuevamente el papa se acerca al tigre y el auditorio estalla en aplausos.
Este peculiar acto se realizó cuando el Papa previamente había resaltado el trabajo que hacen los artistas circenses en cada uno de sus espectáculos.
