La madrugada del último domingo se celebraba una fiesta latina en un club gay de Florida, una de las discotecas más grandes de Orlando. Los asistentes bailaban y se divertían, cuando de pronto una ráfaga de disparos ensordeció el ambiente, desatándose una tragedia descomunal.
Lo que continuó después fue una masacre. Imágenes de los exteriores del local captadas por algunos testigos dan cuenta que en tan solo nueve segundos se escucharon hasta 24 disparos.
Fueron 20 minutos de terror en los que un hombre con una pistola semiautomática y un rifle de asalto abre fuego contra las más de 300 personas que se encontraban al interior.
Ante los disparos y en medio de la desesperación, varios lograron huir y otros buscaron refugio en los baños, donde fueron asesinados a sangre fría.