Cansado de los innumerables casos de violaciones y pedofilia en su país, el presidente de Indonesia, Joko Widodo, firmó un decreto en el que aprobó la pena de muerte y la castración química para los violadores de menores.
“Crímenes extraordinarios requieren medidas extraordinarias”, manifestó Joko Widodo al anunciar dicha medida que surgió tras los consecutivos casos de violación a menores que se han registrado en su país.
Esta disposición incluye que los pederastas sean monitoreados por las autoridades a través de un microchip. La reforma fue aprobada después de que una niña de 14 años sufriera el mes pasado una violación en grupo en Bengkulu, ubicada en la isla de Sumatra.