El encuentro entre el Papa y el influyente líder musulmán es considerado histórico y cierra diez años de tensiones entre la Santa Sede y la Universidad de al-Azhar, la institución más importante del islam suní.
Con esta reunión, Francisco quiso abrir de nuevo el diálogo después de la ruptura en 2006, tras las polémicas declaraciones del Papa Benedicto XVI, en las que relacionó la violencia con el islam.