En Reino Unido, una trabajadora fue despedida por negarse a usar tacones altos. La joven británica ha emprendido una campaña para que se penalice este tipo de atropellos.
Nicola Thorp, se presentó a su primer día laboral como recepcionista de una compañía de finanzas de Londres. Ella decidió portar zapatos bajos para trabajar cómodamente; sin embargo, la empresa llamó su atención pidiéndole que usara tacones entre cinco y diez centímetros.
La mujer se opuso y dijo que no haría el mismo trabajo en tacones, y sus nuevos jefes la despidieron sin goce de sueldo.
Sin embargo, la compañía que la despidió, argumentó que ella había estado de acuerdo con la vestimenta de trabajo y después le dijo que “todas las colegas podían llevar zapatos planos”, además de resaltar que las zapatillas no eran parte del reglamento.