En Brasil, un hombre ebrio armó un escándalo dentro de un bar y los trabajadores decidieron expulsarlo. Al salir furioso, subió a su automóvil y aceleró contra los empleados que se encontraban en la tienda. Todos se levantaron y huyeron, pero el conductor volvió a arremeter con más fuerza.
Por otro lado, en Tailandia un grupo de motorizados se dispuso a cruzar la carretera, uno de ellos aceleró sin mirar a los lados y terminó estrellándose contra un auto. Segundos después, sus compañeros fueron en su auxilio.
Mientras que, en China, un obrero quedó en estado grave mientras pedía colaboración a los conductores en una carretera. El hombre se metía entre los vehículos cuando de pronto el chofer de un camión, perdió el control del volante y terminó embistiéndolo.