Crucero que garantizaba unas magníficas vacaciones, se convirtió en la peor pesadilla de más de 4500 pasajeros y 1600 tripulantes. Fuertes vientos y olas agitadas en el océano atlántico forzaron a los pasajeros permanecer en sus camarotes por horas.
“Uno podía escuchar sonidos de la presión que hacían las olas sobre el crucero, en verdad fue aterrador” declaró un pasajero. Afortunadamente, los pasajeros se encuentran a salvo y ya están en New Jersey.