
Las autoridades mexicanas detuvieron a un joven norteamericano que mató a cuatro personas en 2013 y cuya defensa presentó un argumento que acaparó la atención mundial. Como se recuerda, su abogado alegó en aquel momento que sufría de “Afluenza”, un trastorno psicológico que supuestamente afecta a los jóvenes ricos.